Lo último que recuerdo antes del terrible suceso es estar plácidamente dormida en mi cama, con el pijama puesto como hago diariamente luego de bañarme. Todo se remonta a un día del que no puedo especificar prácticamente nada, desconozco la fecha, todo se me torna borroso pero puedo acordarme del frío y el terror que inundaba mi cuerpo. Aparecí bajo el agua, con un sentimiento de desesperación indescriptible. Estaba en la puerta de mi casa, pero la misma se encontraba sumergida y custodiada por un monstruo que era similar a un pulpo pero verde, y a este se le notaba la furia en los ojos. Mi familia estaba prisionera dentro de mi casa y yo estaba afuera, viendo cómo trataban de escapar y el monstruo no se los permitía, cómo los arrojaba sin piedad alguna contra las paredes con sus múltiples brazos. Todavía puedo recordar mi angustia y mi miedo, intenté rescatarlos pero la bestia sin duda no me lo iba a hacer sencillo. Comencé a ahogarme y tuve que salir a la superficie para tomar una bocanada de aire. Y ahí fue cuando aparecí en mi cama, escupiendo agua sin entender lo que sucedía, con mi madre con una bandeja repleta de cosas para desayunar y con un buenos días saliendo de su boca acompañando por una sonrisa, algo poco habitual de ella. Tengo una sensación rara en el pecho, creo que esta no es mi habitación, es decir es idéntica pero no la siento mía, la siento ajena. La actitud extremadamente cariñosa y detallista de mi madre me parece totalmente extraña. Estoy confundida sobre lo que ocurrió bajo el agua, ¿habrá sido ese un sueño?, pero más confundida estoy con el hecho de haber escupido agua y que mi madre haya decidido ignorarlo. ¿Será esta mi casa? ¿será esta mi madre? ¿estaré despierta?
Estaba yo, un día como cualquier otro, acostada en mi cama. Es lo último que recuerdo. De repente tengo un bache, no entiendo bien qué pasó pero aparecí debajo del agua. No me acuerdo mucho de esa fecha, ni los días sucesivos ni los pasados. Fue una época que se tornó borrosa en mi memoria, quién sabe por qué. Estaba confundida, creo que es lo normal cuando uno aparece en un lugar desconocido sin entender cómo llegó allí, y más si ese lugar se remonta en las profundidades del océano. Después de nadar un rato vi mi casa, entré y encontré a mi familia. Ellos no estaban sorprendidos, ni confundidos, ni compartían ningún sentimiento conmigo. Para mí era ajeno, para ellos común. Teníamos una mascota, era como un pulpo pero verde, muy cariñoso, aunque a mi me daba un poco de desconfianza ya que nunca había visto algo así. Me seguía por todos lados, me hacía compañía. En todo ese tiempo que pasé, jamás me había sentido ahogada, era como si fuera parte del mundo marino. Hasta que comenzó...
Comentarios
Publicar un comentario